Mateo 5, 13
Si el cristiano vive las bienaventuranzas, o intenta vivirlas , se muestra en el trato con los demás.
Jesús nos dice hoy, cómo repercute su acción en nosotros a través de simples cosas como la sal y la luz.
La sal era utilizada para preservar los alimentos, para dar sabor, para estar sanos. Salvación, viene de salud, es decir la gracia es la salud de Dios.
Y la luz le permite ver lo que se adviene, con una mirada de esperanza porque siempre el futuro es Dios.
El cristiano da sabor a la vida cuando tiñe de colores e ilumina todos sus actos con alegría y caridad, a pesar de los horrores del mundo.
Pidamos al Señor, que siempre nos ayude a reflejar en nuestros actos, este sabor especial y esta luz que nos regala, cuando estamos intimamente unidos a Él.