domingo, 6 de marzo de 2016

IV Domingo de Cuaresma-morado



"Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vió y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro lo abrazó y lo besó. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado.”
                                                      Lucas 15, 20


 


La más acabada expresión de la Misericordia, es el abrazo y el perdón de un padre al hijo arrepentido. Así nos espera siempre Dios. No nos pregunta nada, solo nos abraza y festeja el arrepentimiento de corazón. Y hay fiesta en el cielo por cada arrepentido.
Nuestro corazón no siempre lo entiende, porque juzgamos con nuestra medida y nos parecemos al hermano mayor. No entendemos cómo Dios perdona así!
 Pero su amor infinito, su corazón misericordioso, siempre espera al pecador, siempre te espera, siempre me espera.
                           


Virgen María, que tengamos un corazón misericordioso, como el de tu Hijo Jesús, con todos los que nos rodean!