Lucas 12, 15
El Señor, nos dice que la avaricia, el poner nuestro corazón en cosas materiales, no nos da felicidad y menos nos protege contra la única certeza que tenemos, todos vamos a morir y esas riquezas no son las que nos llevarán a la vida eterna. Es llevando todo lo que dimos, lo que Dios, tendrá en cuenta.
Dimos amor, ayuda, generosidad, protección, misericordia?Ese es nuestro tesoro
La verdadera riqueza es el amor de Dios, compartido con los hermanos. Ese amor que viene de Dios y hace que lo compartamos y nos ayudemos entre nosotros. Quién experimenta esto no teme a la muerte, y recibe la paz del corazón.
Virgen María, te pedimos que nos ayudes a DAR!
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