“Entraron en Cafarnaúm, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas” (Mc 1, 21-22)
La autoridad de Jesús de aquel momento, es la misma que nos transmite hoy. Su autoridad no está solo en sus palabras, sino en sus actos.
Los cristianos no seguimos un dogma o una teoría, seguimos los pasos de Cristo, y le pedimos que nos transmita esa autoridad que emana de la verdad y el amor.
Que sus palabras nos interpelen y a la vez nos curen, nos sanen y nos fortalezcan para poder ser testigos humildes de su buena noticia.
ruinas de Cafarnaún. Tierra Santa
Señor, envíanos tu Espíritu e ilumina nuestra vida!
Santísima Virgen María, llévanos a Tu Hijo!
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