Mateo 13, 24
En esta parábola, el Señor nos dice que no solo hay debilidades, defectos, pobrezas y pecados en las personas que nos rodean, sino que la cizaña y el trigo crecen en nuestro corazón.
Somos débiles y muchas veces caemos; estas caídas, son permitidas por Dios, para que, al mirar a otras personas débiles como nosotros, tengamos misericordia y comprensión; y para que confiemos en el amor de Dios que siempre nos dice que allí donde hay pecado, abundará la Gracia.
Virgen María, presenta nuestro pobre corazón ante tu Hijo amado!
-Facebook Agrupación de esposas cristianas.Argentina