"El sembrador salió a sembrar"
Mateo 13, 3
En la figura del sembrador, debemos reflejarnos todos los bautizados.
La semilla es la palabra del Señor. Y es nuestra misión dar a conocer la buena noticia a través de la palabra. Y para eso debemos estar nutridos de ella. Es decir, que para poder transmitirla y ser testimonio de ella, nos tenemos que alimentar diariamente y ponernos en oración. El terreno es el corazón del hombre, duro, insensible, superficial o piadoso.
La misión es un desafío, implica riesgos, puede caer en tierra fértil o en tierra árida, podemos ser criticados o rechazados. Pero esa es la tarea. Y los frutos, sólo los verá el Señor. Somos simples sembradores, pequeños y sencillos.
Pidamos a Dios que nos de una fe sólida; alegría y fortaleza en el camino, y una esperanza inquebrantable.