"A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: Conviértanse, porque el Reino de los cielos está cerca".
Mateo 4-17
Así comienza la vida pública de Jesús. Una invitación a descubrirlo, mirarlo, amarlo e imitarlo.
Los católicos no seguimos una doctrina o una ley, seguimos a un hombre, Jesús. Que entró en la historia para salvar nuestra vida con esta invitación. En la oscuridad de la historia, brilló la luz.
Y hoy vivimos momentos muy oscuros, porque el mundo está desconociendo al Señor.
Nuestra tarea es, configurarnos a Él y trasmitirlo. Con sencillez, con acciones, con amor.
Quien conoce a Cristo Resucitado, no puede permanecer indiferente. Lo dá, lo muestra, lo manifiesta en su testimonio.
Pidamos a María Santísima, que nos ayude a ser fieles seguidores de su Hijo amado!
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