Jesús tiene problemas con sus parientes y con su comunidad, Nadie puede creer en él, porque es del pueblo, conocen a su familia, no ha estudiado y habla con autoridad.
Jesús no pudo hacer muchos milagros en Nazaret porque faltaba fe. Y hoy, ¿encuentra fe en nosotros, en mí?
¡Cómo nos cuesta también a nosotros creer que Dios sigue actuando! Como
no hace lo que nosotros queremos, nos resistimos a aceptar que pueda
intervenir en nuestra vida, que pueda cambiar nuestra situación. Nos
gustaría que hiciera milagros, cosas maravillosas; pero, como su obrar
es desde lo pequeño, en nuestro interior, nos cuesta percibirlo y
negamos que realmente actúe.Leer la Palabra desde nuestra realidad, saber que nos habla a cada uno, personalmente, hará cambiar nuestro corazón, y podremos hacernos semejantes a Él.