domingo, 5 de julio de 2015

Domingo XIV del tiempo ordinario

"Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de los discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: De dónde saca todo ésto?¿ No es acaso el hijo del carpintero, el hijo de María?"




Jesús tiene problemas con sus parientes y con su comunidad, Nadie puede creer en él, porque es del pueblo, conocen a su familia, no ha estudiado y habla con autoridad.
Jesús no pudo hacer muchos milagros en Nazaret porque faltaba fe. Y hoy, ¿encuentra fe en nosotros, en mí?
¡Cómo nos cuesta también a nosotros creer que Dios sigue actuando! Como no hace lo que nosotros queremos, nos resistimos a aceptar que pueda intervenir en nuestra vida, que pueda cambiar nuestra situación. Nos gustaría que hiciera milagros, cosas maravillosas; pero, como su obrar es desde lo pequeño, en nuestro interior, nos cuesta percibirlo y negamos que realmente actúe.
Leer la Palabra desde nuestra realidad, saber que nos habla a cada uno, personalmente, hará cambiar nuestro corazón, y podremos hacernos semejantes a Él.


Virgen María,danos tu mano y ruega por nosotros!