“Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”. (Jn. 3 14-21)
La pasión del Señor se acerca. A pesar del dolor de la cruz, la fe nos hace vislumbrar el amor infinito de Dios por sus criaturas. Ya lo señalaban los profetas en el monte de Moisés y nosotros, a través de los Apóstoles podemos afirmar que la cruz es gloriosa, y en ella el Padre ha puesto en el mundo, la misericordia, la luz y el camino que debemos seguir.
Nuestra salvación es Jesús. Nuestro hermano nos redimió. Nuestro Jesús dio la vida por nosotros! misterio de Misericordia y Amor infinitos!
Monte Nebo -Tierra Santa. Iglesia de Moisés
Virgen de la salud, ruega por el mundo entero!
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