Zaqueo, era un pequeño hombre que quería conocer a Jesús.Y al llegar a su casa, el Señor lo transforma, sana su corazón.
Cuando Jesús pasa cerca, nosotros también sentimos curiosidad por este hombre que hace tantos milagros, y nos asombra que nos llame por nuestro nombre, y venga a nosotros. Cuando tenemos una experiencia de Dios, nuestro corazón cambia. El amor total, nos mira, nos conoce, nos habla, nos ama. Y nosotros deseamos ser mejores personas, por Él. Es necesario vaciar el corazón y darle lugar al Señor, así podrá obrar en él y nosotros configurarnos a Jesús. Cuando llega Jesús, estamos salvos!
Santísima Virgen María, ayúdanos a abrir nuestra casa al Señor!
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