IV Domingo de Adviento

"En aquellos días, Maria partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel llena del Espíritu Santo, exclamó:¡ Tu eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oi tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti, por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor.
                                                    Lucas 1-39

El sí de María, nos ha regalado al Señor. Ha aceptado la voluntad divina y el Salvador va a nacer para todos nosotros.
Cada día es tiempo de descubrir cuál es la voluntad de Dios para mí, y aceptarla. ¿Para qué me soñó?
¿Cuál es mi tarea? Descubrirla y aceptarla no significa vivir sin problemas. María vivió muchas desilusiones, muchos miedos y problemas. Nosotros también. Pero con Dios, sabemos que la Gracia, nos fortalecerá para VIVIR. Los dones que nos ha regalado a cada uno de nosotros, nos servirán para transitar este camino, con fortaleza, esperanza y amor. El niño nacerá en cada corazón deseoso de recibirlo.
       

¡FELIZ NAVIDAD!

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