"Pero al instante les habló Jesús diciendo:¡ Ánimo! que soy yo,
no temáis. Pedro le respondió: Señor si eres tú, mándame ir donde ti sobre las aguas.
La barca es nuestra comunidad o nuestro grupo de pertenencia,
al que tenemos que dejar entrar a Jesús, para que las relaciones interpersonales sean fructíferas. Sólo el Espíritu de Dios, nos da su paz y genera el clima de comunicación que nos hace sentir familia. Jesús tiene que ser el capital a la hora de orientar la vida. Sólo Él nos puede conducir a buen puerto con la fuerza de la gracia, que viene en ayuda de nuestra debilidad.
La oración constante es una forma de invitarle y darle el timón de
nuestros proyectos, para que se realicen según su voluntad.
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Agrupacion de esposas cristianas 38 años edificando la iglesia doméstica en Argentina
sábado, 9 de agosto de 2014
19º domingo durante el año
domingo, 3 de agosto de 2014
18º durante el año
"Ellos respondieron: aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados. Tráiganmelos aquí, les dijo. Tomó los cinco panes y dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos y ellos los distribuyeron entre la multitud".
Mateo 14, 17
Simplemente podríamos decir multiplicación de los panes, pero Cristo ha querido la multiplicación de los hombres. Hombres de buen corazón, atentos a las necesidades del otro, personas piadosas, generosas dispuestas a darse. Dar lo poco que se tiene, porque lo demás, lo pone el Señor.
Hoy debemos entregar " nuestros cinco panes y dos pescados", que el milagro lo hará Jesús. El Creador del Universo no necesita nuestra ayuda, pero quiere que nos involucremos en su amor.
María Madre del Salvador, ayúdanos a ser generosos de corazón.
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Mateo 14, 17
Simplemente podríamos decir multiplicación de los panes, pero Cristo ha querido la multiplicación de los hombres. Hombres de buen corazón, atentos a las necesidades del otro, personas piadosas, generosas dispuestas a darse. Dar lo poco que se tiene, porque lo demás, lo pone el Señor.
Hoy debemos entregar " nuestros cinco panes y dos pescados", que el milagro lo hará Jesús. El Creador del Universo no necesita nuestra ayuda, pero quiere que nos involucremos en su amor.
María Madre del Salvador, ayúdanos a ser generosos de corazón.
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