sábado, 9 de agosto de 2014

19º domingo durante el año



"Pero al instante les habló Jesús diciendo:¡ Ánimo! que soy yo, 
no temáis. Pedro le respondió: Señor si eres tú, mándame ir
 donde ti sobre las aguas.
«¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas,
 yendo hacia Jesús.

Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a
 hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!» Mateo 14,24

La barca es nuestra comunidad o nuestro grupo de pertenencia,
 al que tenemos que dejar entrar a Jesús, para que las relaciones interpersonales sean fructíferas. Sólo el Espíritu de Dios, nos da
 su paz y genera el clima de comunicación que nos hace sentir familia.
 Jesús tiene que ser el capital a la hora de orientar la vida. 
Sólo Él nos puede conducir a buen puerto con la fuerza de la gracia, que viene en ayuda de nuestra debilidad.
La oración constante es una forma de invitarle y darle el timón de
 nuestros proyectos, para que se realicen según su voluntad.




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