" Entonces llamó a los doce y los mandó de a dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros"
Marcos 6, 7
Los profetas eran la voz de Dios, traducían sus palabras. Los apóstoles, discípulos de Cristo fueron elegidos no por sus dotes intelectuales y su cultura, sino por el inmenso amor en el seguimiento del Señor.
Ese llamado nos hace hoy Jesús a todos los bautizados, que ya somos profetas, sacerdotes y reyes, y debemos transmitir su palabra en el lugar que estamos.
Con discursos? Con elocuentes palabras?. No. Vivimos de una manera, que ni tiempo tenemos de hablar, pero sí podemos llevar esas palabras a nuestra vida, y transmitir con nuestras actitudes, el mensaje del Señor.
Su Espìritu hablará por nosotros, su camino, marcará nuestros pasos, nuestra fidelidad será nuestra bandera.
Señor, aquí estoy, para hacer tu Voluntad, envía Tu Espìritu y seré tus manos, tus pies y tu voz.!
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