Mateo 25, 34
Con la celebración del domingo de Cristo Rey, terminamos el tiempo litúrgico, previo al Adviento y el Señor se muestra como Rey. No un Rey de riquezas materiales y lujos, sino como Rey de nuestro corazón.Y si Él reina nuestra actitud hacia el prójimo es la de la parábola. Y no,ayudar al otro porque " me hace bien" o "tranquiliza la conciencia", sino porque doy con naturalidad, casi sin darme cuenta, porque sé que el otro me necesita , y lo hago sin esperar recompensas, ni aplausos; practicamente, me olvido.
Pero El Señor, que conoce mi corazón, dirá: "vengan benditos de mi Padre..." y yo no sé si estoy en condiciones de ser recibida en su Reino.
María madre del Rey del Universo, ayúdame a ver qué necesita mi prójimo.!