Domingo XV del tiempo ordinario

"Les decía: el sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron enseguida, porque la tierra era poco profunda , pero cuando salió el sol, se quemaron y , por falta de raiz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.¡ El que tenga oídos, que oiga!"
                  Mateo 13, 1-23

Hermoso Evangelio!. Hoy nos interpela sobre cómo es nuestra escucha. Cómo recibe nuestro corazón la Palabra de Dios. él nos da una semilla con todo el potencial.
 Dará frutos, según como sea nuestro terreno; árido, seco, fértil, simple, agradecido, regado y cuidado.
No sabemos cómo será la cosecha, pero la semilla ha sido la mejor.! Y los frutos serán fecundos,si logramos que "esa" palabra, brote con todo su potencial en nuestra vida.

Señor, que tu palabra eche raíces en nuestro corazón!

Virgen María, abre nuestro corazones!

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