Domingo XX del tiempo ordinario

"Los judíos discutían entre sí, diciendo:¿Cómo este hombre puede  darnos a comer de su carne? Jesús les respondió:  Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes.El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día".
                                                                  Juan 6, 52

Era y es difícil entender estas palabras del Señor. Los judíos murmuraban y muchos de nosotros aún no entendemos que el pan y el vino consagrados son :Jesús
Jesús se ofrece como alimento de nuestras vidas. Nos invita a un banquete eterno, nos asegura la Resurrección. Y en cada Eucarístia se robustece nuestra alma, se configura con Dios, y nos da la fortaleza para seguir caminando, alegres y confiados, a pesar de todas las dificultades que la vida nos presenta, porque sabemos, que con Él, todo está bien.

Virgen Santísima, ruega por nosotros!

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