sábado, 7 de noviembre de 2020

Domingo XXXII del tiempo ordinario

 Mientras tanto llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: Señor, señor, ábrenos, pero él respondió: Les aseguro que no las conozco.

  Mateo 25, 1-13

El Señor ha preparado nuestros corazones con muchos dones, su Gracia nos va a guiar a su encuentro, pero no siempre estamos preparados para reunirnos con Él.
Ha llenado nuestras lámparas, para que podamos descubrirlo y encontrarnos con Él, a través de tu Palabra, los Sacramentos y la caridad con los hermanos.
Hoy no solamente se nos prepara para el día de nuestra partida al Reino, sino también, para que estemos atentos ya, ahora, por dónde Dios me ha llamado y he actuado como verdadero cristiano. Preparemos el corazón cada día; qué triste sería que el Señor te dijera: no te conozco!


Virgen María, madre del Amor, no nos sueltes de tu mano!


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