V Domingo del tiempo ordinario

" Ustedes son la sal de la tierra.Pero si la sal pierde su sabor,¿ con qué se la volverá a salar?.Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de la montaña.y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa."
                                                           Mateo 5, 13

Con dos elementos comunes como la sal y la luz, el Señor hoy nos llama a la humildad. Los cristianos no tenemos que dar cátedra de nuestros conocimientos sobre las enseñanzas y vida de Jesús. Debemos reflejar en nuestras actitudes, gestos, palabras, el sabor que le encontramos a las cosas simples de todos los días, en el agradecimiento al amor divino.
Y la luz que debemos irradiar, es para guiar, ayudar, acompañar a aquellos que no conocen al Señor, no, iluminando con nuestras pequeñas luces, sino con el brillo y el amor que nos tiene Dios a todos.

Virgen María, hermosa María, llévanos a tu Hijo!

Notre Dame des Douleurs
Tierra Santa

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