" Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: Efatá, que significa Ábrete. Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente"
Hoy Jesús, no solamente usa su palabra para realizar un milagro, sino que también su dedo y su saliva actúan para curar al sordomudo.
Hoy Jesús nos pregunta:" estás sordo? estás mudo? A cuántas palabras cerramos el corazón, cuántas palabras no decimos para no comprometernos?
El Espíritu Santo es como el dedo de Dios, que toca nuestro corazón y lo "abre". Lo abre para que escuchemos la voz del Señor, y para que la podamos transmitir cada día con nuestras acciones.
Virgen María, ayúdanos a escuchar el susurro de Dios y a poder hablar de Tu Hijo, que es el Amor .
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