domingo, 4 de julio de 2010

14º domingo ordinario


"La cosecha es mucha y los trabajadores son pocos"


Lucas 10 , 2




Luego de recibir el llamado, Jesús nos envía.¿ A qué? A proclamar el Reino, la buena noticia, es decir" Dios te ama como eres". Y todos estamos llamados y somos enviados.


El mundo , la pereza, la falsa modestia nos hacen decir:" yo no puedo, tengo otras cosas que hacer". Sin embargo, Dios no quiere que nos dediquemos a dar cátedra de teología, no necesita solo intelectuales ni eruditos, o solo religiosos y consagrados. Nos habla a todos los bautizados. Y la misión que nos encomienda es reflejar en nuestra mirada, con nuestras manos, con nuestro corazón que Él nos ama. Necesita de nuestro testimonio. Y para ésto es necesario conocerlo y amarlo. A veces se piensa que misionar es ir a países remotos, sin embargo nuestra misión es en un lugar aún más difícil: nuestra casa, nuestra familia, el trabajo o la comunidad.No nos avergoncemos de decir que somos católicos!


Digámosle sí a Dios, cada día, ante cualquier decisión. Y la misión estará cumplida cada vez que nos reconozcan por nuestras actitudes de generosidad, paciencia, bondad, solidaridad, comprensión y amor.


Pidamos por las vocaciones sacerdotales y por las vocaciones al matrimonio.










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