Domingo IV del tiempo ordinario-Verde

"No es éste el hijo de José? Pero él les respondió: sin duda ustedes me citarán el refrán : Médico cuídate a ti mismo..Realiza aquí en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún. Después agregó, les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra"
                                                                                         Lucas 4, 25

Jesús proclama en la Sinagoga la llegada del Mesías, pero la incredulidad es lo que recibe; nadie podía creer que el "hijo de este pueblo" sea Dios, un Dios tan cercano.  Y ésto nos pasa muchas veces a los que deseamos transmitir el amor de Dios a nuestro entorno. Familia, compañeros de trabajo o estudio, no creen en lo que nosotros sentimos.No creen en nuestra fe. Que es un don que se nos regala y que debemos pedir. Por eso la tarea de la misión del cristiano es, transmitir con nuestro accionar. El amor a Dios y el amor al que está próximo. Que se puede lograr, solo llevando en nuestro corazón ese amor. Hay que pedirlo, hay que sentirlo, vivirlo y transmitirlo!

Virgen María,llévanos de tu mano a tu Hijo Jesús!

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